Honorio Aguilar reclama la edición de una Guía de Arquitectura Contemporánea, como instrumento de acercamiento del ciudadano a la arquitectura de calidad
Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
Sevilla no ha valorado suficientemente las huellas que la Arquitectura Contemporánea ha dejado en sus calles, hasta el punto de que ha sido y es un estilo importante para una ciudad que casi lo desconoce. El estudio de arquitectura Honorio Aguilar reclama, en estos días en que se está celebrando en Sevilla la III Semana de la Historia, la edición de una Guía de Arquitectura Contemporánea, como instrumento de acercamiento del ciudadano a la arquitectura de calidad. Según explica su director, Honorio Aguilar, “la Arquitectura Contemporánea es la gran desconocida, una publicación y la puesta en valor de rutas que enlacen sus edificios sería de gran interés tanto para profesionales como para los ciudadanos de a pié que quieren conocer y disfrutar el patrimonio de su ciudad”.
Honorio Aguilar recuerda que para entender la ciudad en su conjunto no se puede prescindir de la aportación que el movimiento moderno ha hecho en la arquitectura de la ciudad, “y para ello –recuerda- es necesario distinguir las obras de referencia con que contamos, dentro de este estilo”. Con el final de la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929 y la crisis internacional de ese año, el estilo regionalista, presente en la ciudad en múltiples ejemplos, decayó, ya que necesitaba de una costosa mano de obra especializada, y simultáneamente el movimiento moderno comenzaba su andadura.
Uno de los ejemplos más significativos que tenemos de Arquitectura Contemporánea es el Mercado de la Puerta de la Carne, construido ent 1927 por los arquitectos Gabriel Lupiáñez Gely y Aurelio Gómez Millán, junto con el Cuartel de Eritaña en 1929, y el edificio Cabo Persianas, ubicado en la calle San Pablo número 2, que se levantó en 1939, de Lupiáñez con el también arquitecto Rafael Arévalo Carrasco. Todos ellos representan el inicio del racionalismo en Sevilla.
A su vez José Luis Sert, discípulo de Le Corbusier, construyó la Casa Duclós en 1930 en el barrio de Nervión entre las calles Ceán Bermúdez y Marqués del Nervión, junto con Luis Gómez Estern y Alfonso Toro Buiza; otros ejemplos como la casa Lastrucci en 1934 obra de Juan Talavera Heredia, en Cuesta del Rosario esquina a calle Alvarez Quintero; la Casa Candau de Antonio Delgado Roig y Juan Talavera en 1935 o el edificio de la esquina de la Avenida con la calle Rodríguez Jurado, en el número 6 que en 1936 proyectó José Galnares Sagastizábal determinan la pujanza del nuevo estilo.
Las viviendas y Estación de Autobuses del Prado de San Sebastián de Sevilla en 1938 o la Universidad Laboral, en el kilómetro 4 de la carretera de Utrera, Dos Hermanas. (Sevilla) de 1942, obras de Felipe Medina Benjumea; el Complejo fabril HYTASA, en la Avenida de Hyatasa nº71, asimismo de 1938 obra de Juan Talavera Heredia en la primera fase y José Galnares Sagastizábal la segunda; el poblado de Esquivel, término de Alcalá del Río en 1952 del célebre Alejandro de la Sota Martínez, constituyen las grandes obras del momento; la barriada de los Diez Mandamientos, en la Avenida General Merry esquina Avda. Felipe II de Luis Recasens (1958-64), o el Conjunto de Viviendas ‘La Estrella’, en la Avenida Manuel Siurot, número 3, de Rodrigo Medina Benjumea (1955-63).
LA HUELLA DE LA EXPO
La creación de las nuevas rondas de circunvalación, la estación de Santa Justa de Antonio Cruz Villalón y Antonio Ortiz, destino del Tren de Alta Velocidad (AVE), el nuevo Aeropuerto de Rafael Moneo o los nuevos puentes sobre el Guadalquivir suponen la transformación de la ciudad con motivo de la Exposición Universal de Sevilla de 1992. Esta Exposición dejó magníficas obras: el Pabellón de la Navegación de Vázquez Consuegra, el Pabellón de España, de Cano Lasso o el Pabellón de Finlandia, de Sanaksenaho.
CENTRO DE ARTES ESCÉNICAS
Como un magnífico ejemplo de rehabilitación y adecuación de edificio a nuevos usos, encontramos en la plaza de Santa Lucía nº 10, Sevilla, en el edificio que ocupaba la antigua parroquia de Santa Lucía, una de las collaciones originales en las que fue dividida la ciudad tras la Reconquista, la actuación del arquitecto Miguel Bretones del Pozo (SSW arquitectos), quien intervino para adecuarlo como Centro de Documentación de las Artes Escénicas de Andalucía. Las obras finalizaron en 2012, sobre la iglesia construida en el siglo XIV, formada por tres naves, una central y dos laterales más estrechas, separadas por arcos de ladrillo que descansan sobre grandes pilares rectangulares también de ladrillo. La nave central es la de mayor altura y está cubierta con teja árabe a dos aguas mientras que las naves laterales, más bajas, se cubren vertiendo a un único lado. El ábside adopta una forma irregular, seguramente debido a haber estado adosado a una medianera.
El edificio ha sufrido gran cantidad de agresiones desde la desaparición de la parroquia en 1868, fecha en que fue incautada por el Estado y vendida a un particular, agresiones que han supuesto la pérdida de toda su techumbre de madera, el traslado de su portada en 1929 a la Iglesia de Santa Catalina y la adición de una pequeña construcción de dos plantas en su lado Sur.
Para finalizar el siglo XX, una gran obra de José Antonio Carvajal de 1997, el Seminario Diocesano de la calle Cardenal Bueno Monreal esquina con la Palmera. Posteriormente, en 2009, se inauguró el Centro Tecnológico Palmas Altas diseñado por el arquitecto Richard Rogers y en 2011 se concluyó el Metropol de la Encarnación de Jünger Mayer.
Se trata de una arquitectura contemporánea que puede ser valorada por el conjunto de la ciudad como las construcciones de etapas anteriores, y ha de ser el punto de referencia de una arquitectura actual de calidad. Un catálogo de arquitectura contemporánea sin el cual no es posible entender la ciudad actual tal y como es, y mucho menos aún la Sevilla del futuro.