Honorio Aguilar recuerda que se ha convertido en la seña de identidad de la Semana Santa y su elemento más genuino
El paso de palio se ha convertido en el elemento más genuino de la Semana Santa sevillana, hasta el punto de que ha traspasado fronteras y se ha consolidado como uno de los aspectos más reconocibles de la misma. El despacho de Arquitectos Honorio Aguilar ha analizado la importancia de este elemento y ha recordado que el palio ha estado sometido a un continuo proceso de evolución desde sus orígenes, “hasta el punto –explican- el paso de palio se ha convertido en un espacio virtual en movimiento, donde destacan la proporción áurea marcada por sus doce varales y los elementos suspendidos pendulantes”.
La proporción áurea o divina proporción está presente en el frontal del paso de palio, que partiendo de una base (las andas, revestidas de faldones y respiraderos), mediante el alzado de doce varales que sostienen el techo de palio y las caídas o bambalinas (normalmente ejecutado en terciopelo o malla), consigue crear un espacio virtual: existen sus límites, están definidos por los varales y el techo de palio, pero se trata de un espacio en continua relación con el exterior, dichos límites en los planos verticales son casi impercetibles. Al mismo tiempo estos límites verticales son elementos metálicos que añaden conceptos como el brillo y el fulgor, relacionados con lo sagrado o divino en todas las religiones, y que le confieren al techo de palio un carácter más ligero. No es posible pensar en varales de madera (aunque su interior sea de este material) o cualquier otro acabado.
El movimiento en los pasos de palio es expresado en multitud de elementos: todos aquellos suspendidos están concebidos para expresar movimiento tales como las bambalinas, los flecos de éstas, las borlas que cuelgan de los extremos de los varales, los propios varales cuya holgada fijación a las andas permiten un suave movimiento,… Incluso los ramos de cera en aquellos que existen se dotan de campanillas colgantes para expresar movimiento, según recuerda el arquitecto Honorio Aguilar. De ahí que subraye que sería imposible imaginarse un paso de palio con los varales rígidos, que no tuviesen un propio movimiento diferente al de las andas.
Pero destaca que la mayor parte de los elementos estáticos que conforman el palio también están diseñados para expresar movimiento: desde la candelería, los candelabros de cola o en algún caso faroles, al propio fuego, que potencia el movimiento, pues las llamas de los cirios parpadean, y quedan difuminados en los guardabrisas de los candelabros de cola por la propia cera derramada, y cuyos puntos de luz suspendidos, incluso sobrepasada la trasera, evocan el avance del paso de palio en la dirección de la delantera, dejando un reguero de luz allá por donde pasa la Virgen…Esta es el centro de gravedad del paso y se corona con un material que de nuevo confiere los aspectos de brillo y fulgor, en el centro de todas las perspectivas visuales desde el exterior del espacio virtual.
Se perfila, así, un espacio virtual en movimiento, que además está cargado de vida, pues los costaleros bajo las andas son los artífices de este dinamismo, que será diferente en cada paso y que hacen que cada cofradía tenga su propia identidad del movimiento o «forma de andar».
Para llegar a este resultado muchos artistas y sevillanos han colaborado durante siglos, repitiendo desde un mismo esquema variantes que dieron lugar a los diferentes estilos de paso de palio, pero que todos tienen como denominador común: el espacio virtual creado y la expresión de movimiento.