La oferta de viviendas nuevas en el centro de las ciudades es relativamente escasa, y su demanda elevada. De ahí que cada vez resulte más complicado encontrar una vivienda de estas características a precios razonables. Muchas de las nuevas y escasas promociones tiene precios elevados y hay que buscar otras opciones. Quizás aquí resida el motivo por el que se vea como mejor opción comprar una vivienda de segunda mano, en la que es posible conseguir un porcentaje de descuento considerable e invertir una cantidad que oscila entre los 500 y los 800 euros el metro cuadrado para reformarla. Por supuesto se puede llegar a repercusiones más altas, pero en ese margen de precios la obra resulta razonable.
El resultado es una vivienda a gusto del propietario y cuyo coste final, en la mayoría de los casos, está por debajo del precio del mercado. Por ello, ante la opción de una posible venta difícilmente se perderá dinero. Si además el propietario piensa en cambiar pronto de vivienda o la utiliza como inversión inmobiliaria y la pasa a su activo circulante, cabe la opción del tipo reducido en el impuesto de transmisiones, que pasa del 8% o 10% habitual al 2%, cumpliendo una serie de requisitos. Siempre será más bajo que el tipo de IVA al 10% en la adquisición habitual de vivienda nueva.
Se trata de una propuesta con muchas ventajas, en la que es preciso contar con el asesoramiento de profesionales en la materia. Dar este paso debe ser una decisión meditada, pero, sobre todo, estudiada. Echa mano de la calculadora para no desviarte de tu presupuesto, no pierdas la calma ante posibles imprevistos, haz una lista con tus prioridades y ponte en manos de profesionales. Siempre será una inversión rentable.